En la mayoría de los casos, es suficiente simplemente con dejar de tirarle la pelota. Pasea con tu perro tranquilamente sin lanzarle objetos, sin prisa, dejando que lo huela todo y que se relacione libremente con otros perros. Si quieres puedes hacer algún juego de olfato pero sin generarle excitación, en silencio y sin órdenes. En algunos casos severos puede ser necesario ir retirando la pelota de forma paulatina ya que quitarla de golpe podría generarle más estrés.
Si te preocupa que no haga ejercicio, llévalo a pasear a sitios en los que pueda estar suelto para que el mismo pueda regular la cantidad de ejercicio que necesita.
Tu perro tendrá que pasar el síndrome de abstinencia pero merecerá la pena para vivir una vida más plena juntos.